Mi ciudad; Medellín, es un lugar con muchas historias, culturas, religiones y tradiciones. Caracterizado por uno de sus emblemas: “Medellín la más educada”; pero, ¿Realmente si es la más educada? ¿Los ciudadanos de Medellín son reconocidos por ser formados, nobles, íntegros y cultos? Medellín está catalogado ante otros departamentos y países, como un destino lleno de violencia, narcotráfico y prostitución, pero, ¿Por qué si Medellín es la más educada? (…) “Hablamos de virtud, cuando lo que deberíamos es ser virtuosos” dice Victoria Camps en uno de sus artículos: “La escuela ante el reto del saber practico”. Me quiero apropiar de esta frase, porque realmente considero que Medellín podría cambiar su violencia y su negligencia a partir de la educación, la verdadera educación, no quedarnos con simplemente decirlo y no aplicarlo. La educación comienza desde los hogares, y se afianza en los colegios; en la familia empieza la buena formación como ser, se inculcan unos principios, valores y conocimientos basados en ejemplos, carácter y amor. En el colegio se entrega ese aprendizaje lleno de experiencias, emociones y vivencias que afianzan lo aprendido para ayudar a crecer con un conocimiento amplio de la vida, descubriendo nuestra misión y vocación. Entonces, ¿cómo podría ser la más educada? Con profesores de alta calidad, con instituciones que enfoquen su educación en un ámbito humano y formador, con padres de familia que generen amor y dedicación hacia su hogar, con ciudadanos respetuosos y responsables con sus actos, seres humanos con carácter, con cultura, con ética, con moral, con condición humana y dispuestos a convivir, a valorarse y valorar, a ayudar al otro. Para esto, es necesario que los padres de familia estén dispuestos a contribuir con el buen desarrollo educativo de sus hijos. Propongo que haya acompañamiento de los padres de familia en las aulas de clase, una o dos veces por mes, para que asi se enteren de lo que sucede en el aula y por supuesto con sus hijos, que es lo que realmente les gusta y de qué manera pueden ayudar en su buen desarrollo. Los niños, la escuela y los padres hacen una alianza a tres bandas. Los educadores y el gobierno reconocen que a los niños les va mejor en la escuela si los padres participan activamente en su educación.